Camino de década y media después de que se quedara a medio construir, a medio terminar y sin recepcionar, ahora resulta que todo el mundo tiene las soluciones mágicas que precisa el PAU de La Montaña. Sin ni siquiera saber cuáles son realmente los problemas de sus vecinos, todo el mundo sabe cómo ayudar a las familias en alquiler en teoría social. Todo el mundo sabe qué obras hacen falta, cómo poner más autobuses, qué hacer con el hospital de El Tajo. Todo el mundo sabe que hace falta una iglesia, y que hay que regalar suelo para ponerla en marcha. O que no hace falta de ninguna manera, y que merece la pena remover más demagogia para ganar un puñado de votos.
Al final, lo que pasa es que todo el mundo tiene, de repente, mucha prisa por poner una pica en un barrio que ya tiene 7.000 vecinos y en el que las barbaridades del urbanismo aznarista al que aquí también se aficionó la histórica izquierda local ya son insoportables. Es insoportable, y lo será siempre, que La Montaña sea un enorme y costoso páramo que se construyó casi exclusivamente en horizontal y que precisa los servicios de una ciudad de 30.000 habitantes. Servicios que, por eso mismo, no se acercan ni a los que hay en el Aranjuez consolidado, ya de por sí muy mejorables.
Insoportable es que La Montaña, como el Quiñón de Seseña, sea un fondo de saco que no tiene más que una salida, porque su indefinición urbanística a la que todo el mundo le promete poner remedio le impide disponer de más viales hacia El Cortijo, hacia la calle de La Reina, hacia la M-305. Ni para una rotonda hay. Es insoportable, en fin, que la propia trama urbana de este barrio sea una especie de queso gruyere en el que socavones y viales a medias conviven con viviendas vacías, solares sin perspectiva de urbanización, grandes edificios sin uso o a medio uso... La Montaña está a medio construir, y ya ha consumido dos periodos de expansión urbanística. Cabe la posibilidad de que se quede a medias para siempre.
O no. Pero para que el PAU se convierta en un barrio completo, terminado e integrado con el resto de Aranjuez y con las infraestructuras que le rodean todos aquellos que tienen y asumen una porción de responsabilidad o poder de decisión en el asunto deberán convencerse, primero, de que la situación del PAU es insoportable y, segundo, de que la demagogia, el populismo y el politiquerío no solucionarán los problemas. Claro, que buena parte de esos problemas, y sus soluciones, dependen directamente de decisiones que tomaron, o no tomaron, los mismos que ahora lo saben todo sobre el barrio. Por eso tienen que hacer ver que lo saben todo sobre el barrio. Aunque no sea cierto.
Empezando por el actual gobierno local, ese puzle de derechas sostenido por los mismos partidos que gobiernan en la Comunidad de Madrid. La misma que sigue lavándose las manos con la carretera autonómica que rodea el barrio de norte a sur. La misma que es absolutamente incapaz de elaborar un simple informe ambiental para dar luz verde a unos terrenos anexos, Puente Largo, cuya urbanización equilibrada, sostenible e integradora podría servir para desanclar La Montaña de su aislamiento y, de paso, generar una actividad económica bajo cuyo brazo se podrían desbloquear servicios ahora mismo fundamentales. PP, Ciudadanos y Vox tienen pocas ganas de arrimar el hombro con esto, no vaya a ser que tengan que invertir dinero aquí y no cuadren los regalos fiscales a los más ricos de Madrid.
Y siguiendo por los de la esquina opuesta, la izquierda ahora en la oposición municipal pero en el Gobierno de La Moncloa. Del PSOE, de Podemos y de IU depende un pequeño marroncillo heredado de los tiempos de la consensuada reforma del 135 de la Constitución, un elefante en el salón llamado Sareb, el 'banco malo' que le limpió la basura a los 'bancos buenos' y que dispone de no poco patrimonio en el barrio, por ejemplo ese centro comercial que lleva reabriéndose y reinagurándose ya varios años sin que realmente se mueva un ladrillo. Todos saben lo que pasa en el barrio, y lo que necesita el barrio: iglesias, asfalto, abogados gratis... En realidad, lo que necesita el barrio es que lo terminen de una vez. Y lo pongan al servicio de sus vecinos de una vez.
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